Guía de cafeteras para el hogar: Moka, francesa o cápsulas

Uno quiere partir el día, y también acompañarlo, con un buen café. Por lo mismo, vale la pena tener un buen aparato para prepararlo. ¿Cuál? Aquí un vistazo a las opciones más simples y clásicas.

¿Moka, de filtro, prensa francesa? No vamos a entrar en la estéril polémica de cuál cafetera es mejor. Cada uno elige la más conveniente dentro de sus posibilidades y necesidades, y listo. Claro está, siempre usando ojalá el mejor café posible y moliéndolo justo antes de prepararlo. Al final, hay un tipo de cafetera para cada hogar.



La querida Bialetti

Aunque también es conocida como cafetera moka, italiana o simplemente “la maquinita”, para muchos es la Bialetti, ya que fue el italiano Alfonso Bialetti quien, en 1933, patentó esta cafetera de aluminio que, por medio del vapor que sube desde un primer compartimento hacia un segundo, donde está el café molido, filtra la bebida que luego termina apareciendo en su taza superior. Es probablemente la más famosa de las cafeteras en el mundo, ampliamente usada en Italia, España y otros países de Europa, como también en Argentina. A estas alturas, además, ya se le considera un clásico objeto de diseño.

Entre sus virtudes destaca su capacidad para aprovechar muy bien el café y su resistencia prácticamente eterna, lo que la hace ideal incluso para llevarla en caso de hacer excursiones o campings. Por otra parte, dependiendo de la cantidad de cafés que se quieran servir al mismo tiempo, existen una serie de tamaños —medidos en tazas— de esta cafetera entre los que se puede elegir la más conveniente.

Tal vez su punto más débil es que es muy fácil quemar el café usándola. Por lo mismo, se recomienda siempre ponerla en el quemador más pequeño de la cocina y a fuego mínimo, aunque todo esto demore un poco la faena. Una vez listo el café, hay que retirarla inmediatamente del quemador. Existen diversos modelos y fabricantes de esta cafetera, sin embargo, con la original Bialetti siempre se va a la segura.

La simpleza de la prensa francesa

Otra clásica es la prensa francesa, que en realidad se llama de cafetera de émbolo, ya que se trata de un recipiente de vidrio que tiene justamente una especie de pistón que filtra el café. ¿Cómo funciona? Se saca el émbolo, se agrega la cantidad necesaria de café molido, y luego se llena hasta aproximadamente las tres cuartas partes del recipiente con agua caliente. Se dejan pasar unos cuatro o cinco minutos, se pone el émbolo en el recipiente y finalmente se empuja hacia abajo. De esta forma, quedan en el fondo las partículas sólidas de café aprisionado y encima un muy buen café filtrado.

Es práctica de limpiar, fácil de transportar y lo único indispensable —además del café— es tener algún utensilio para calentar el agua. Además, toma muy poco tiempo prepararlo. Existen infinidad de marcas y modelos: las hay plásticas, de vidrio y en muchos tamaños, desde individuales hasta unas grandes, que se pueden llevar a la mesa para ahí servir varias tazas. Al final, con esta cafetera no hay desperdicio y es prácticamente imposible preparar un mal café.

La vieja cafetera de filtro

Las cafeteras de filtro, para los que ya pasamos los cuarenta, fueron durante años un objeto de deseo que solo podíamos mirar de lejos, a través de las películas estadounidenses. Nos intrigaban esas grandes jarras de vidrio que mantenían el café caliente durante buena parte del día. En algún momento de los noventa, se hicieron medianamente masivas en Chile, por lo que rápidamente nos dimos cuenta de que lo peor que se puede hacer con estos artefactos es dejarlas prendidas durante horas para mantener el café caliente: éste simplemente se quema y sabe horrible, tanto o más horrible que el brebaje que se obtiene al reutilizar el café del filtro por más de una vez (clásica costumbre de algunas oficinas en décadas pasadas).

La pregunta es: ¿se puede hacer buen café en una cafetera de filtro? Claro que sí, pero hay que tomar algunas precauciones, como poner la cantidad de café y agua justas para la cantidad de tazas que se quiera servir. Además, una vez que esté listo el café, hay que apagar la cafetera y retirar la jarra de vidrio. De esta forma no obtendremos un expreso ni nada parecido, pero sí un muy buen café filtrado y —lo más importante— siempre recién preparado.

La revolución de la cápsula

Todo comenzó hace ya varias décadas en Suiza, con el sistema Nespresso, cuando de la mano de la multinacional Nestlé salió al mercado esta cafetera que funciona con cápsulas individuales de café, las que se colocan en la máquina, se aprieta un botón y —si la máquina tiene agua— el café aparece listo en segundos. Aunque en un momento se trató de un tipo de cafetera muy exclusiva, vendida solo en algunos países, podríamos decir que ya desde la década pasada es prácticamente universal.

¿Habrá alguien no haya visto aún el comercial de George Clooney? Más allá de la Nespresso misma, Nestlé tiene una versión más económica llamada Dolce Gusto, que además permite preparar otras bebidas, como café con leche o incluso té. Además, otras marcas de cafeteras también han incursionado en el sistema de cápsulas y hoy en día incluso se usan máquinas de este tipo en restaurantes. Por todo lo anterior, la oferta de cápsulas ahora es amplísima y todo indica que seguirá por esa senda.

¿Qué tal el café en cápsula? Por rapidez, limpieza y sabor estandarizado, podríamos decir que no tiene competencia. Ahora, si quieren algo más complejo y delicado, tendrán que tomarse su tiempo y preparar el café en otros tipos de cafetera.

¿Un expreso en casa?

Si uno habla con baristas o expertos en café, muchos afirman que para tomar un expreso realmente bueno en casa, no queda otra que salir del hogar para ir a un café donde sea preparado por un barista profesional, con una máquina profesional, con granos de café recién molidos y tostados hace no más de dos semanas.

Es cierto, tantos requerimientos pueden sonar exagerados. Sin embargo, en lo que todos están de acuerdo es que si se quiere hacer un expreso de verdad en casa, hay que comprarse una máquina de verdad. Para los especialistas, las cafeteras para expreso que se encuentran en el retail, e incluso en tiendas especializadas, son casi “de juguete”. ¿Qué debe tener una máquina de calidad? Filtros para el agua, sensores de presión, temperatura controlada y varias cosas más. Por lo mismo, son bastante caras. Ahora, si usted puede y quiere hacer el gasto, está en todo su derecho. De lo contrario, puede buscar opciones entre las otras cafeteras descritas en esta nota.

Agua filtrada, por favor

Estamos de acuerdo en que lo ideal en cualquier tipo de cafetera —salvo las de cápsula, obviamente— es usar café recién molido y con un tostado no muy antiguo. De hecho, existen marcas que en sus envases sugieren hasta cuándo conviene ser usado ese café. Sin embargo, hay otro insumo muy importante en la preparación de este brebaje que muchos pasan por alto: el agua.

Sí, porque aunque el agua potable chilena es de muy buena calidad, contiene elementos como el cloro y otras sales minerales, según la región, que pueden influir en el sabor del café que se prepare. Una solución podría ser comprar agua purificada, pero para no llenarse de envases plásticos lo mejor es filtrar el agua en casa. Esto se puede hacer con distintos tipos de filtros que se encuentran en el comercio, que van desde el típico jarro filtrador a otros que se conectan a las llaves. Como sea, con agua filtrada todo andará mejor y de paso se cuidará también la cafetera.

 

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Fuente: La Tercera 


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