Pasión, amor y café, ¿existe vínculo?

El café se convirtió en una de las necesidades de la vida cuando el amor se inventó

(Cita de Anthony T. Hincks)

Sobre productos afrodisíacos hay mucha fantasía, mucha literatura, mucha historia que parece de alquimistas intentando encontrar el elixir de la felicidad sexual. Desde el chocolate, hasta los cuernos de rinoceronte, pasando por los frutos secos o el apio. Las sustancias que potencian la sexualidad han sido buscadas por el ser humano como si se tratase del más caro diamante.

“El café debe ser negro como el demonio, caliente como el infierno, puro como un ángel y dulce como el amor” esta frase del político francés Charles Mauricide Talleyrand, de principios del siglo XIX, es una de esas que se repite en internet sin citar la autoría, y más allá de no ser del todo cierta, – y que casi no comparto en nada de lo que dice-, nos muestra el imaginario del poder del café.

Durante la historia el café ha vivido muchas prohibiciones de corte religioso porque su fuerza generaba la controversia de si Dios ampara o no su uso. Estas prohibiciones estaban directamente asociadas a esa energía extra que produce la bebida, que hoy sabemos que ser trata del famoso poder de la cafeína. Esa potencia muchas veces se la vinculó con lo sexual, y no estaban del todo alejados de la realidad. El café y la cafeína son parte de nuestra cultura, pues la cafeína es el psicoactivo más consumido en el mundo, y básicamente vivimos con un sobre-estimulo basado en ella. No podríamos imaginar el mundo sin cafeína.

El café puede aumentar los niveles de dopamina, el neurotransmisor asociado con el sistema de placer del cerebro. En estudios realizados con ratas, por la PhD Fay Guarraci, de la Universidad de Texas, EEUU, validó que la cafeína afectó positivamente el comportamiento sexual de los roedores, especialmente en la hembra. Guarraci ha trabajado por diez años investigando como las drogas en abuso afectan la motivación sexual de las hembras, en el caso de la cafeína notó un mejoramiento en el comportamiento sexual de ellas.

Otras investigaciones, van por el mismo camino y afirman que el apetito sexual de las mujeres se ve afectado por el consumo diario de café. La Universidad de Michigan, EEUU realizó pruebas en personas mayores de 60 años y sin datos concluyentes, el 62% de las mujeres que bebían café todos los días eran más activas. En el caso de los hombres el 60% de los que NO bebían café presentaron más problemas para conseguir o mantener una erección.

Como está lleno de veloces comerciantes, apenas conocidos estos informes, han salido al mercado productos llamados “Café Afrodisíaco” que no son otra cosa que café con algunas especies aromáticas como el Cardamomo, posiblemente porque es un tónico cardíaco, y otros con agregados químicos de Sildenafil.

A pesar de todo lo dicho, la ciencia médica aún no puede afirmar que los afrodisíacos cumplan con el aumento del deseo sexual o del rendimiento. Mas luego de la aparición del Viagra y del llamado Viagra femenino, parece que las recetas afrodisíacas ya no son tan importantes. Como sea, el café genera un cambio energético notable y eso es cierto, lo que resulta otra buena excusa para tomarse una tacita más en el día. Me despido parafraseando a Marilyn Monroe: Las tres mejores cosas de la vida son un café antes y un café después. Buena vida, buen café.

Dahianna Andino, columnista de Eme de Mujer (Uruguay)


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